Resistir no siempre es Resiliente

09.07.2024

Hay muchos escenarios sociales en los que la resiliencia podría ser un potencial en desarrollo dentro de nuestros sistemas de interrelación humana. Sin embargo, a menudo, la confusión nos lleva a adaptarnos a entornos hostiles y a resistir situaciones dañosas. Durante este artículo nombraremos ejemplos de cómo es de importante distinguir la resistencia y la adaptación con la resiliencia, y también como hemos llegado a este punto de confusión.

De la desconocida resiliencia al auge de la confusión

Fue durante la pandemia del Covid en 2020 cuando la palabra Resiliencia comenzó a escucharse en prácticamente todas partes. En cualquier programa de TV, radio, en cualquier revista, web o RRSS podías escuchar hablar de la resiliencia y lo importante que era. Cualquiera en su área desarrollaba los pilares de la resiliencia, sus orígenes y como desarrollarla. Era magnífico poder comprobar que en esos momentos, también en el presente, al nombrar la resiliencia, la respuesta ya no era ¿resi qué? Pero pronto se dio una peligrosa identificación. En aquel periodo, crudo, de incertidumbre y tantas muertes, también resurgió con fuerza la idea de resistir, identificada con la canción "Resistiré" cantada por el Dúo Dinámico que se oía y entonaba a diario.

 Resistir y Resilir no es lo mismo

Resilir o Resistir, esa es la cuestión. Ambos conceptos se escuchaban a diario. Uno era archiconocido, experimentado, cantado. En nuestras sociedades en las que se ha tenido que vivir situaciones muy duras, como guerras, hambrunas o dictaduras, era normal que fuera más sencillo entender e integrar la resistencia. Resistir es ser fuerte, hacerse fuerte. Y cuando se escuchaba resilir, y se hablaba de sus pilares, la creencia fue aplicar estos pilares para resistir mejor, de manera más sencilla y soportable. Y esto es comprensible, la resistencia es algo que todos nosotros hemos tenido que poner en práctica. Es algo de lo que todos tenemos ejemplos en nuestras familias, en las que o se resistía o se perecía. Sin embargo, Resilir y Resistir tienes diferentes implicaciones.

Resistir o Resilir, esa es la cuestión!

Es comprensible que se diera esta confusión, ya que desde la física, la resiliencia se ha centrado en el hecho de cómo y cuanto un material soporta la presión y volver a su estado natural. Sin embargo, los seres humanos no somos un material, somos un sistema orgánico y ecológico. En ecología, la resiliencia estudia cómo la naturaleza se repone a un daño sufrido por cuestiones climáticas, o por la mano del hombre, y se están planteando, si en este daño, la naturaleza llega a un punto de no retorno, en el que ya no hay más resiliencia. Y la recuperación, no es posible, si sigue soportando esa presión.

Lo que esto nos lleva a entender, es que igual que la naturaleza necesita que la presión, el daño cese para poder empezar la recuperación, el ser humano, necesita lo mismo. Sin embargo, ha habido una confusión perdurable en el tiempo, sumada a la parcial incomprensión del fenómeno de la resiliencia.

Por un lado, haría falta saber qué daños, presión o adversidad es la que está actuando en el organismo, como sistema y como individuo. Pero además, haría falta saber, que elementos están impidiendo la resiliencia, ya sea a nivel contextual, qué carencias hay en el contexto del sistema, y del individuo. Pero esto no es suficiente, y cuando ya tenemos el cuadro completo de la adversidad y de lo que falta en el contexto; habría que conocer si hay elementos que están probando que se dé ese proceso resiliente. Nos referimos a conocer los antipilares de la resiliencia, en el individuo, en el contexto y en el sistema. y muchos no dependen de nosotros, y soportarlos no aporta ninguna solución.

Así que debemos ser cuidadosos, porque en términos generales, tal y como se ha difundido estos últimos años, la resiliencia, el foco se ha llevado al aspecto psicológico e individual, así como en la resistencia. El discurso ha sido resistir para después resilir. Y como decía es comprensible, si tenemos en cuenta de donde viene el concepto. Pero hay que actualizar la comprensión y aplicación del mismo para nosotros, porque no somos materiales. Somos organismos.

Los estudios sobre nuestro estado de salud mental, los niveles de medicalización, la sensación de satisfacción con la propia vida, dejan muy claro, que tal vez estemos soportando demasiado. Y que tal vez, sea momento de hacer otras cosas.